martes, 8 de noviembre de 2011

GUIMARAES, OPORTO, AVEIRO




GUIMARAES

Tarde del 28 de octubre de 2011.El viaje fue corto, bastaron cuatro horas y media para llegar a Guimaraes. Estaba atardeciendo cuando llegamos al hotel Fundador, nos alojamos, el hotel bien situado, de amplias habitaciones y cómodo, con un personal muy amable.  Tras acomodarnos decidimos salir a  callejear y tomar una cerveza, nos sorprendió que todas las ventanas del casco histórico estuvieran decoradas con pequeñas luces como si fuera navidad, dándonos  una sensación agradable y haciendo del paseo un momento especial.

Guimaraes, pertenece al distrito de Braga, a caballo entre los ríos Miño y Duero, entre el Atlántico y el Macizo Galaico. Precisamente por su ubicación geográfica y por su trayectoria histórica, la ciudad acumula arte y belleza en un entorno privilegiado. Fue declarada  Patrimonio de la Humanidad en 2001 por la UNESCO. Hoy en día es un pueblo tranquilo de unos 20.000 habitantes

Guimaraes es conocida como la “cuna de Portugal” debido a que Alfonso Enriquez se proclamó en esa ciudad, rey del país en el año 1139.

A la mañana siguiente, descubrimos una ciudad trabajando contra reloj dado que el próximo año será Ciudad Cultural Europea y estaban ultimando las maravillosas aceras, colocando las últimas plantas en los parques…

Callejeando nos dirigimos hasta la parte más alta de la ciudad donde se encuentra el castillo, una fortaleza que domina la ciudad y conserva una torre del siglo X que mide 28 metros de altura. Tiene 7 torres cuadradas construidas sobre la roca. Junto al castillo, se levanta la iglesia románica de San Miguel (S.XII). También allí se encuentra el Palacio “Pazo” de los Duques de Braganza, actualmente visitable (5€), construido en el siglo XV por el primer duque de Braganza. En sus mejores momentos fue una de las residencias más nobles de la Península Ibérica y sus 39 altas chimeneas recuerdan a los castillos franceses.

Tras visitar el Palacio y recorrer las salas visitables, en la actualidad es lugar de residencia del Primer Ministro Portugués cuando visita esta zona, continuamos hacia el centro histórico, perdiéndonos por las empedradas calles del bien conservado conjunto urbano.


Nos encontramos diferentes iglesias románicas, góticas y barrocas, el convento de Santa Clara (S.XVI) que en la actualidad acoge las oficinas del Ayuntamiento y otros monumentos de interés. Llegamos a la Plaza de Santiago, donde se halla la oficina de turismo. Esta plaza es un rincón encantador que sigue conservando el suelo empedrado y las casas con los pequeños balcones de madera. Los pórticos del antiguo ayuntamiento comunican la plaza de Santiago con el Largo de Oliveira con la iglesia de Nuestra Señora de Oliveira y el monumento del Salado, un templete gótico que se construyó durante el reinado de Dom Alfonso IV para conmemorar la batalla del mismo nombre del 1340. Seguimos paseando por las calles medievales hasta llegar a la Plaza del Toural, considerada hoy en día como el corazón de la ciudad.
Guimaraes
PLAZA DE SANTIAGO
Se hizo la hora de comer, aconsejados por una ciudadana de Guimaraes nos dirigimos al restaurante “Histórico PASAPOA”, un restaurante ubicado en una casona rehabilitada, comimos bien y con un precio equilibrado en general, si nos pareció un poco desproporcionado lo que pagamos por unos sencillos platos de macarrones.
Fachada de Guimaraes
Tras comer y no perdernos la buena costumbre del buen café con su pastel. Nos dirigimos al hotel  a recoger los coches y poner rumbo a Oporto, y de camino asimilar todo lo visto a lo largo del día, con la satisfacción que produce haber conocido una de las ciudades más bonitas del norte de Portugal.



Oporto

Atardecía cuando llegamos a Oporto. Las siguientes tres noches nos alojamos en los Apartamentos Boavista Place, magníficos en todo, situación, comodidad, modernidad, limpieza, trato…, en fin perfectos. Por supuesto, después de cenar, paseando  nos acercamos a la Avenida de los Aliados, calle repleta de edificios modernistas, allí se encuentra el ayuntamiento.
AYUNTAMIENTO DE OPORTO

Tercer día

ESTACIÓN SAN BENTO
Nos espera una jornada repleta de visitas: La Plaza de la Libertad y la estatua ecuestre del  Rey Pedro IV, la estación de trenes de San Bento, con su holl decorado con miles de azulejos que relatan la historia de Portugal, la Iglesia de los Clérigos y su torre con sus 200 escalones, la maravillosa Librería Lello que ha servido para rodar algunas escenas de la película de Harry Potter.  Visitamos la Iglesia de San Francisco, con un recargado interior de pan de oro y sus catacumbas.

Interior LIBRERÍA LELLO
Se nos hace la hora de comer y decidimos bajar a las orillas del  Douro, nuestro querido Duero, a comer. Parece que a pesar de haber numerosos restaurantes en esa zona, nosotros pensamos que se come mejor en otras zonas de la ciudad que allí.






Por la tarde visitamos el Palacio de la Bolsa, desde luego a todos nos encantó la visita, es guiada y bien merece la pena. En el interior de este edificio Neoclásico, calificado como Monumento Nacional,encontraréis en un primer momento el gran patio central, o Patio de las Naciones, cubierto por una estructura de vidrio que deja entrar gran cantidad de luz en el palacio.

PALACIO DE LA BOLSA
Subiendo por una preciosa escalera de granito y mármol, en la segunda planta recorrimos la Sala Dorada, cubierta de pan de oro, la Sala de las Asambleas Generales, que parece cubierta de madera  (y es escayola), y algunas otras salas hasta llegar a la más importante: la Sala Árabe. En los 300 metros cuadrados de esta sala de estilo morisco, inspirada en la Alahambra, se llevan a cabo las recepciones oficiales.
Llovía y nos dirigimos a merendar a la pastelería del Bolhao.


Oporto

Cuarto día
Aveiro

ESTACIÓN DE TRENES DE AVEIRO
Decidimos viajar a Aveiro en tren desde Oporto, para ello nos dirigimos a la estación de Campanha, el viaje fue largo , aunque sólo sólo les separa 57 kilómetros, el tren que cogimos paraba en todas las estaciones y nos duró casi dos horas.
La ciudad ha sido frecuentemente denominada "La Venecia de Portugal", por sus canales que atraviesan el centro de la ciudad; lo cual dota a la ciudad de una gran belleza, conjuntamente con el barrio viejo de "Beira Mar", donde se conservan las tradicionales casas y los almacenes de sal de la Ría. El aire antiguo de la ciudad se mezcla perfectamente con la modernidad.



DETALLE DE LOS SUELOS DE AVEIRO

En Aveiro, además de pasear y comer magníficamente unos pescados deliciosos, dimos el paseo en unas embarcaciones típicas, denominadas mouliceiros ,por los canales.Resulta placentero pasear en estas embarcaciones conducidas por los limoneiros, son llamativas por sus formas alineadas y sus pinturas de colores vivos, con decoraciones que en ocasiones tienen toques humorísticos e ingeniosos, que dejan entrever el carácter de la ciudad y sus gentes. También hicimos acopio de los famosos ovos moles, un dulce elaborado a base de yema de huevo recubierta de una fina masa crujiente con diferentes formas: caracolas, barriles peces..etc

Regresamos al atardecer en un tren más rápido que el que teníamos reservado, tenemos que decir que el revisor cuando se dio cuenta de que habíamos cogido el tren equivocado, nos permitió continuar el viaje hasta Oporto.